Desafíos y Controversias en la Inauguración del Tren Maya: Más Allá de la Celebración Oficial

A pesar de la prisa por la inauguración, expertos expresan dudas sobre la plena operatividad del proyecto emblemático del gobierno de López Obrador.

A pesar de la prisa por la inauguración, expertos expresan dudas sobre la plena operatividad del proyecto emblemático del gobierno de López Obrador, señalando retrasos, costos elevados y preocupaciones medioambientales.

Este viernes, el presidente Andrés Manuel López Obrador inauguró oficialmente el primer tramo del Tren Maya, un proyecto de infraestructura emblemático de su gobierno. Aunque el mandatario lo describió como una "obra magna" de 1,554 kilómetros, que se completó en tiempo récord, expertos señalan que está lejos de estar plenamente operativo, cuestionando la premura de la inauguración.

El tramo inicial, entre Campeche y Cancún, fue inaugurado en una ceremonia oficial, mientras que se espera que otro tramo, de Palenque a Cancún, se abra a finales de diciembre, y el resto de las rutas estén operativas en febrero, según el Gobierno. Sin embargo, expertos anónimos vinculados al proyecto expresan dudas sobre estos plazos y la finalización real del proyecto.

Originalmente estimado en 7,500 millones de dólares, el costo del Tren Maya se ha elevado a más de 28,000 millones, según funcionarios gubernamentales. A pesar de los retrasos y los aumentos de costos, el presidente López Obrador se comprometió a completar el tren a finales de 2023, destacando la creación de empleos y la mejora de la conectividad.

El proyecto enfrenta obstáculos, incluidos problemas legales y retrasos atribuidos a cambios en el diseño y a la preocupación por el impacto ambiental en el ecosistema subterráneo. Activistas medioambientales y científicos advierten sobre los riesgos para la delicada ecología y dividen la selva. Según expertos anónimos, tramos entre Tulum, Xpujil y Escárcega aún no están terminados, y se requiere una coordinación masiva entre los participantes para cumplir con los plazos, lo cual hasta ahora ha sido inexistente.

A pesar de los desafíos, el presidente insiste en la importancia del proyecto. Sin embargo, activistas, como los que exploraron una cueva en Quintana Roo para resaltar el impacto en el ecosistema local, expresan preocupaciones sobre la falta de sostenibilidad y la incertidumbre sobre el suministro de agua dulce en la península.